BOLIVIA NUNCA MÁS

Durante casi 200 años el país había vivido de la limosna internacional. Entonces llegaron ellos. Construyeron cientos de hospitales, colegios, redes de gas, agua potable, luz eléctrica, carreteras, crearon miles de ítems en salud, en educación. Así pasaron 14 años. Entonces llegó la peste del olvido contagiando a mitad de la población. Dios nos castigó por pretender escapar a nuestro destino de parias. Todo está escrito en la biblia.

11/7/20252 min read

BOLIVIA NUNCA MÁS

Durante casi 200 años el país había vivido de la limosna internacional. Entonces llegaron ellos. Construyeron cientos de hospitales, colegios, redes de gas, agua potable, luz eléctrica, carreteras, crearon miles de ítems en salud, en educación. Así pasaron 14 años. Entonces llegó la peste del olvido contagiando a mitad de la población. Dios nos castigó por pretender escapar a nuestro destino de parias. Todo está escrito en la biblia.

Durante casi 200 años, los gobernantes de la república se “choreaban” el dinero de las donaciones de las víctimas de los terremotos. Bolivia se peleaba con Haití por las sobras (que cada tanto) caían de la mesa de los poderosos; pobre país pedigüeño que nunca jamás en su puta vida había conocido el significado de la palabra superávit.

De tanto vivir con la mano extendida, sus gobernantes dejaron de ponerse colorados, olvidando que aquello era una indignidad.

Entonces llegaron ellos. Un presidente que de niño había cortado caña de azúcar para ganarse el pan y el agua, un vicepresidente que no pudo asistir a la escuela porque estaba preso por querer patria indígena, una ministra de justicia, que hasta un día antes de su posesión, trabajaba limpiando casas de ricos: junto a ellos, miles de compañeros y compañeras que se sumaron al sueño de una patria para todos. Sobre todo para quienes no tenían zapatos, ni camisa, ni arroz, ni agua, y vivían escondidos en las cloacas.

Durante casi 200 años, mientras miles de niños norte potosinos jamás en su cortísima vida habían probado un baso de leche y se morían de inanición sin una sola queja en los labios, los padres de la patria, quebraban bancos para hacerse ricos (ejem: el padre del vice tuto Quiroga y el suegro del actual presidente de Bolivia).

Unos dicen que la DEA volverá. Edmand Lara dice que nunca se fue.

El 22 de enero de 2006, Juan Ramón Quintana, entonces flamante ministro de la presidencia, denunció que la mismísima CIA tenía oficina dentro de palacio de gobierno.

Durante 14 años el kilo de carne costó 45 bolivianos.

El pan marraqueta de 60 gramos, 50 centavos (durante 14 años).

Ahora que en Bolivia se ha puesto de moda ser hijo de puta.

Ahora que la peste del olvido, ha infectado al país entero.

A los odiadores profesionales decirles que la patria no es el escudo.

La patria es un niño con la panza llena, sin frío, y con escuela.